La respuesta es ¡SI! y este articulo nos aclaran la idea.
Es bien conocida la áspera transición entre la niñez y la etapa
adulta: un lapso de tiempo, caracterizado, a menudo, por una búsqueda constante
de la identidad. Un hecho que convierte la adolescencia en una etapa problemática, inestable y emocionalmente
frágil. Pero, ¿cómo es posible saber si un adolescente está
sufriendo algo más que un cambio 'típico' de la edad?
Según
Jerónimo Saiz, jefe de la unidad de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal
(Madrid), "cuando los jóvenes tratan de encerrarse en sí mismos en exceso,
manifiestan dificultad para dormir, bajan el rendimiento académico, comen peor
o se inician en el consumo de alcohol y drogas, hay que valorar la presencia de
una depresión y a partir de ahí tratar de localizar su base, situada en el
sentimiento de pérdida del ánimo". Además y según el experto, este
trastorno puede desencadenar problemas físicos como dolores de cabeza, mala
digestión o pérdida de memoria por falta de concentración.
Es
el caso de Gonzalo, un joven madrileño de 22 años que hoy tiene la fortaleza
suficiente para enfrentarse a una adolescencia marcada por una depresión no
diagnosticada en su totalidad. A los 16 años comenzó a manifestar cambios
emocionales a su juicio "inexplicables": no había un único factor que
los desencadenara. "De un curso a otro disminuyó mi rendimiento académico,
perdí el apetito y me resguardaba en mi habitación jugando a los videojuegos
durante noches enteras. Sentía que nada malo podría sucederme allí".
En
su caso, sufrir un Trastorno de
Déficit de Atención e Hiperactividad le
obligó a seguir un tratamiento farmacológico respaldado por psicoterapia, un
hecho que según afirma, pudo desviar la atención de la familia y los
profesionales sanitarios que le trataban. "Quizá el TDAH que padecía
disipó lo que además estaba sucediéndome", subraya.
Sin
embargo, aunque los expertos relacionan el consumo de alcohol y drogas como uno
de los síntomas más frecuentes de la depresión durante la adolescencia, el caso
de Gonzalo fue particular: "Yo me inicié en el 'consumo' de videojuegos.
Mi vida comenzó a girar en torno a ellos: era la única vía de escape a mis
problemas".
María Díaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario